Estamos en plena recta final hacia las vacaciones de verano (si es que no las estás disfrutando ya). Empieza el tiempo de descanso, de desconexión y de…desplazamientos. Y, claro,  una de las preguntas que surgen es: ¿cómo lo harás?  ¿Tendrás que conducir? Uno de los miedos que más presente está en estas fechas es el miedo a conducir.

Miedo a conducir. A salir a la carretera.  Miedo a que el coche se te cale en una cuesta. A arañarlo contra la columna del parking. A que te piten sin parar por quedarte en medio de un cruce. Angustia de que mientras estés aparcando se lie una cola kilométrica. A no llegar a poner la tarjeta en un peaje. Según estudio realizado por el Instituto Mapfre de Seguridad Vial, un 30% de los conductores de nuestro país tiene miedo a conducir y hasta un 6% confiesa que es incapaz de hacerlo. ¿Eres tú una de ellas? Al final del artículo te dejo algunas estrategias que te ayudarán a superar el miedo a conducir.

Cuando conducir se convierte en una pesadilla.

El miedo a conducir o amaxofobia puede deberse a múltiples factores. Desde haber sufrido un accidente, hasta el miedo de empezar a conducir en solitario después de tener el carnet. No hace falta que te haya pasado a ti. También malas experiencias a seres queridos te pueden afectar.

Es posible que ante la sola idea de conducir sientas sudores, malestar, taquicardias o te duela el estómago del miedo. A eso normalmente se  le une: la sensación de impotencia de no poder hacer algo que para los demás parece resultar tan fácil.

Curiosamente, el miedo paralizante frente a la conducción se produce casi el doble entre mujeres que entre hombres. Este sesgo de género seguramente proviene de la educación. Sentencias como “Conducir es cosa de hombres” o “mujer tenías que ser” definen una historia –la nuestra- donde a la mujer tradicionalmente se le ha dicho que no va a ser capaz de realizar tareas mecánicas.

Para una información completa sobre a quién, cómo y en qué número afecta la amaxofobia podéis darle una mirada a los estudios de la Fundación Mapfre y Attitudes -la fundación social de Audi-.

¿Qué es la Amaxofobia?

La amaxofobia está encuadrada dentro de las fóbias específicas El término Amaxofobia hace referencia a la respuesta de intenso temor e incapacidad que experimentan algunas personas al conducir un vehículo o simplemente al pensar que tienen que hacerlo. Hablamos de fobia cuando el miedo experimentado es tal que la conducción se convierte en algo de gran desgaste emocional o simplemente ante la ansiedad que provoca el conducir directamente se opta por no conducir.

¿A quién afecta la Amaxofobia?

  • Conductores que no superan los dos primeros años. El temor a conducir al principio es normal. Este miedo en algunos casos puede derivar terror a conducir.
  • A conductores habituales con experiencia. Generalmente son conductores con años de experiencia que empiezan a sufrir angustia al conducir. Esta situación va unida generalmente a problemas personales o laborales que disparan los niveles de ansiedad.
  • Conductores que han sufrido una experiencia traumática
    En este caso son conductores que han sufrido ellos o personas cercanas un accidente de tráfico. Aquí ya estaríamos hablando de un estrés post traumático y dependiendo del nivel de angustia que provoque el conducir quizás tendían que barajar la opción de entrar en una terapia para trabajarlo.

En todos los casos lo que hay en común es la creencia de que las habilidades al volante van a ser insuficientes. Puede ocurrir una desgracia en cualquier momento. La conducción se convierte en una amenaza constante, se ven peligros por todos lados. En muchos casos se abandona la idea de volver a conducir.

¿Cómo enfrentar el miedo a conducir?

El miedo a conducir no va a desaparecer de manera mágica. Superarlo requiere de constancia e implicación. El miedo a conducir también tiene alguna particularidad. Al estar dentro de un vehículo en movimiento se reduce la posibilidad de hacer cualquier ejercicio como visualizaciones o movimientos para relajar.

Así que de las pocas cosas que podemos hacer para superar el miedo a conducir es exponernos a lo que nos da miedo. De manera escalonada y siempre respetando nuestro ritmo ir haciendo acciones para volver a conducir.

Algunas estrategias para superar el miedo a conducir.

No claudiques ante el miedo. No dejes de hacer lo que quieres.

Dejar de hacer lo que te gusta o lo que necesitas es una limitación a tu vida. Superar el miedo a conducir requiere que salgas de la famosa “zona de confort”. Enfréntate al miedo y poco a poco irás obteniendo mejoras.

Si hace tiempo que no conduces, familiarízate con la conducción

Un primer contacto después de tiempo sin conducir puede ser con juegos de simulación para PC o videoconsola. Si les añades a estos juegos un volante y pedales puedes volver a automatizar movimientos como el arranque, cambio de marchas, reducir o algunas maniobras.

Prueba a volver a hacer prácticas en la autoescuela.

Qué mejor manera de volver a ir cogiendo seguridad y práctica que con un coche de autoescuela. A ti te será muy útil y cualquier autoescuela estará encantada de ofrecerte unas clases de repaso.

Baja el nivel de expectativas y de autoexigencia

Si es de las primeras veces que conduces, directamente no lo vas a hacer perfecto. Permítete hacer errores, como que se te cale el coche en la salida de un semáforo. Una de las primeras acciones es quitarte presión a ti misma. Aprender y mejorar requiere que te equivoques.

Empieza a conducir en espacios controlados.

Una de las maneras de volver a ir tomando contacto con el vehículo y superar el miedo a conducir es poderlo hacer en una zona sin tráfico, como algunos polígonos industriales en fin de semana. Empieza haciendo ejercicios básicos y con el tiempo ve alargando los tiempos de conducción.

Ve acompañada de una persona de confianza

Es indispensable que no te enfrentes sola al manejo del vehículo. Es muy importante que en todo momento te sientas acompañada por una persona de confianza y a ser posible que sepa conducir. Esta persona te puede llevar a zonas de prácticas y asumir la conducción si la ansiedad se te hace insostenible. También es muy importante que la persona que te acompaña no se altere ni te ponga nerviosa.

Comienza por retos pequeños y ves subiendo el nivel.

Esta estrategia de alguna manera va unida a la reducción de la autoexigencia. Empieza con algo mínimo. Algo que seas capaz de hacer. Igual es algo tan pequeño como arrancar el vehículo. Tómatelo como un logro. Si lo haces, ya habrá sido un triunfo.

Ve aumentando los retos poco a poco. Plantéatelos como algo que te resulte incómodo pero no imposible y ves aumentando la dificultad con el tiempo.

Si notas un retroceso, no te preocupes, vuelve a reducir el reto y vuelve a probarlo. La constancia y la práctica son las únicas armas que dispones para aumentar tu seguridad al volante.

Practica, practica, practica

Una vez que has logrado poner en marcha el vehículo, esta es la consigna. Aunque la ansiedad sea alta, intenta volver a probarlo en unos días. Si por el temor vas posponiendo la conducción, seguramente estos periodos cada vez se harán más largos. Y, finalmente dejarás de conducir definitivamente. Así que… no lo dejes. Practica y practica.

Por último, recuerda que conducir puede ser una mejora en tu vida. Más libertad, más independencia. Como siempre la intención de lo que escribo es que tengas una vida más plena. Te animo a que lo intentes.

 

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