¿Qué es el miedo y para qué sirve?

¿Qué es el miedo y para qué sirve? ¿Tiene alguna utilidad? ¿Puedo dejar de tener miedo? El miedo es una emoción de moda. Todo el mundo habla de ella en la red y casi siempre de manera simplista con consejos del tipo “no tengas miedo”, “supera tus miedos” y otras tan grandilocuentes como inútiles. Se la califica como una “emoción negativa” de la que te tienes que “deshacer”; como si fuera una camiseta sudada o unos zapatos que te aprietan. En este post intento dar mi visión y al final del artículo intentaré derribar algún mito sobre esta emoción.

¿Qué es el miedo?

Como punto de partida, el miedo es una emoción. Una emoción se define como una “reacción psicofisiológica que representa modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante”. Lo anterior simplemente quiere decir que es una respuesta básica a un estímulo externo.

La palabra emoción proviene del latín y significahacer mover”. Sería algo que te mueve hacia algún lugar o te “saca de un estado

El miedo es una de las cuatro emociones básicas junto con la alegría, tristeza y la rabia. A no ser que tengamos un problema grave, todos sentimos emociones.

 

¿Cúal es la función del miedo?

Su función original es la de avisarnos de  situación que conlleva un riesgo para nuestra integridad. Nos pone en alerta para que tengamos en cuenta que podemos sufrir daños. El miedo originariamente nos daba la oportunidad de ver un peligro y escapar o defendernos.

La función del miedo es adaptativa, de protección del individuo y de la especie. Valoramos el peligro y reaccionamos en función de lo que es mejor para nuestra supervivencia.

 

¿Qué situaciones generan miedo?

No sólo las situaciones de peligro para la integridad generan miedo. Cualquier situación que interpretemos como un peligro genera miedo. Esa es la clave; el miedo depende de lo que tú interpretas como peligroso.

En la sociedad moderna hay pocos leones cazando por las calles, por lo que los miedos van más relacionados con el cómo vives y cómo te relacionas. Puedes sentir miedo (o temor) a perder el trabajo, a suspender un examen, a quedar mal con la familia, a equivocarte en una elección. Todas las anteriores situaciones tienen un punto en común. Son variaciones del miedo al rechazo.

 

¿El miedo es innato o aprendido?

La manera en que tú sientes el miedo es una combinación de las dos. Eres fruto de una configuración biológica determinada y de un pasado y una educación. La propia manera de sentir el miedo por parte de tus padres combinado con tu manera de sentir el miedo de una determinada manera determina un resultado único. No hay dos personas que sientan exactamente igual.

Es curioso que la manera que gestionamos el miedo no difiere mucho de cómo aprendimos a hacerlo de niños. Me gusta la frase que dice “somos niños asustados, atrapados en cuerpos de adultos”. Eso sí; siempre intentando que no se note.

 

¿Cuándo el miedo no es adaptativo?

En el momento en el que el miedo pasa de ser un aviso de tu organismo, con el cual puedas tomar una decisión en un asunto de tu vida y se convierte en una sensación continua,  que paraliza o tiene una presencia desmesurada en tu día a día y provoca sufrimiento estamos hablando de miedo no adaptativo. Si te das cuenta que esto ocurre, quizás sea momento de hacer algún cambio en tu vida.

 

 

 

 

 

.

Derribando algunos mitos sobre el miedo

Puedo dejar de tener miedo.

Totalmente falso. Si las tomamos como una reacción bioquímica y neurológica a la información que viene del exterior es imposible dejar de tener miedo. Es como si afirmáramos que no sentimos hambre o sed. Como mucho puedes hacer que la gestión del miedo no te afecte en tu vida o te paralice. Incluso puedes convertirlo en un aliado; pero nunca dejaras de sentir la emoción.

Es una emoción negativa

Las emociones nos dan señales de lo que nos ocurre respecto al exterior. No se puede considerar que sean positivas o negativas. Como mucho podemos decir que son agradables o desagradables. No es agradable sentir miedo ni sentir dolor o tristeza. Eso no las convierte en negativas, simplemente demuestra que somos poco tolerantes a lo desagradable.

Casi nunca tengo miedo.

El miedo va asociado a multitud de procesos. El estrés tan de moda en nuestros días no es más que del miedo anticipatorio que nos pone en tensión para realizar una tarea. Posponer tareas (el ahora tan famoso procastinar), la preocupación o la pereza van relacionadas con el miedo. Así que: siento decirte que el miedo está más presente de lo que te gustaría.

El miedo no tiene ninguna utilidad

El miedo como emoción va ligado a los procesos de socialización y al aprendizaje de las normas. Sentimientos tan nobles como el respeto, la empatía o la solidaridad existen porque también existe el miedo.

Por último. Recuerda que el miedo no está ahí para fastidiar. Es una señal con millones de años de antigüedad diseñada para la supervivencia de la especie. Otra cosa es cómo utilices esa señal y si te ayuda en tu vida o te bloquea y te hace sufrir.

 

Si quieres recibir periódicamente artículos sobre cómo gestionar y trascender el miedo en busca de una vida más tranquila por favor, suscríbete a mi newsletter o si prefieres que te acompañe  personalmente en la gestión del miedo puedes clicar aquí.