¿Eres de esas personas que tienen serias dificultades para hablar en público?, ¿tienes miedo escénico al hablar delante de una audiencia?.

Si es así, éste es un post que te puede interesar. Al final del texto te doy unas claves para que puedas superar el miedo a hablar en público.

El miedo a hablar en público.

Es posible que tengas que dar un discurso como madrina en la boda de tu mejor amiga. Puede que tengas que exponer un trabajo de síntesis frente a tu clase. Quizás tengas delante un auditorio entero a la espera de que les hables de las últimas novedades del sector que dominas. Da lo mismo el tamaño del auditorio. Enfrentarse a un grupo de personas que te están mirando y de las que no sabes nada y que además están esperando a que hables da miedo. Y, si tienes tendencia a imaginar catástrofes, éste es un escenario ideal para que te asalte todo tipo de miedos.

El miedo a hablar en público se muestra de manera muy vívida. En gran parte es debido a que casi nunca hay posibilidad de escapatoria o de negociación. Tienes que hablar en público. No hay otra. El cuerpo te avisa de ese miedo en diferentes formas: rigidez, escalofríos, temblores, sequedad de boca, ansiedad, estómago encogido. Mil avisos para que salgas huyendo de allí.

¿Cómo es que produce tanto miedo?

El mecanismo que pone en marcha todo tipo de miedos y pensamientos es un miedo muy básico: el miedo al rechazo.

Seguro que también aparecen los diferentes pensamientos asociados al miedo a hablar en público: me quedaré en blanco, voy a aburrir a los que me están mirando, seguro que no entienden lo que quiero expresar, me voy a equivocar, etc. La lista puede ser inacabable.

Todos esos miedos van relacionados con la propia exigencia de hacerlo bien, van unidos a un afán de perfeccionismo desmesurado y que, en la mayoría de las ocasiones, no se relacionan con la realidad.

De todas maneras, supongo que te interesará menos el hecho de cómo se crea el miedo o de donde viene. Lo que seguramente te interesa es que te pueda dar algunas herramientas para gestionarlo. Así que aquí te dejo algunas estrategias que puedes poner en marcha antes y durante una exposición pública.

Aquí te dejo unos pasos que te pueden ser muy útiles a la hora de hablar en público.

Prepara la exposición

Para tener cierta seguridad tienes que saber qué es lo que vas a decir. Cuanta más información sobre el tema tengas, más variaciones puedes hacer. El discurso se vuelve menos rígido y tu confianza aumenta. Si a eso le puedes sumar el poder ensayar con algún familiar o amigo, mejorará el ánimo con el que te enfrentes al auditorio.

Reconoce que estás nervioso/a

Para mí este es el puntal más importante cuando me enfrento al público. La propia exigencia y las ganas de hacerlo bien te pueden poner mucha presión. Y de la misma manera lo que aflora es miedo a hacerlo mal, rigidez, control… Así que intenta, al principio de la charla, asumir frente al público que estás como un flan. “Es la primera vez que hago esto y estoy un poco nerviosa”. “Ya llevo multitud de veces y al inicio siempre estoy hecha un flan”. Cualquier manera que se te ocurra de comunicarlo estará bien. De esta manera baja mucho la presión que tú mismo/a te metes. Todos han visto que estás nervioso/a. No hay que disimular más. Repito; este simple gesto hace bajar mucho la tensión.

Cambia el foco de la atención.

Pon el acento en lo que quieres decir más que en lo que (tú supones) quieren escuchar. De esta manera volvemos a incidir en ti. En qué quieres decir y qué quieres compartir.

Comparte-te.

La intención es intentar convertir una situación angustiante donde tú “debes decir algo importante” a un público a otra situación donde compartes algo con el público. Es otra manera de quitar trascendencia a la situación y que tú ganes confianza. De esa manera cambias la situación.  Compartes algo valioso para ti con el público en vez de intentar impresionarlos.

Baja el nivel de expectativas.

No tiene que salir perfecto. Con que salga bien es más que suficiente. He escuchado decir a conferenciantes profesionales que hasta que no han repetido una conferencia más de siete veces no se sienten seguros. Y si eso lo dicen profesionales… Lo dicho; no te exijas la perfección.

Mira la situación en perspectiva.

Cuando los niveles de miedo son de gran magnitud debemos preguntarnos: ¿realmente lo que vas a hacer (hablar en púbico) se corresponde con el nivel de miedo que estás sintiendo?, ¿de verdad te estás jugando tu carrera? Incluso puedes exagerarlo un poco más: ¿si te equivocas te ejecutarán en la plaza del pueblo? Es importante dar una especie de paso atrás mental, donde puedas ver la realidad de lo que ocurre. Es simplemente un discurso. Nadie va a morir.

No tienes que saberlo todo.

Una de las cosas que ponen nervioso durante una exposición es que alguien del público pueda hacer preguntas difíciles de contestar. Es importante que tengas presente que no tienes que ser una enciclopedia Si algo se te escapa o directamente no lo sabes, un “ahora mismo no te puedo contestar” o un directo “no lo sé” te evitarán incómodas situaciones.

Mira a una persona en concreto.

Ésa es una técnica muy sencilla cuando ya has iniciado la charla. Simplemente elige a una o dos personas del público cuya mirada te parezca acogedora y céntrate al principio sobre todo en ellas. Dirígete a esas personas, sobre todo al principio y, a medida que vayas tomando confianza, ve mirando a más personas.

Y por último algo de gran importancia. Prueba a disfrutar con lo que estás haciendo. No tiene sentido sufrir continuamente sin tener ni la más mínima recompensa. Seguro que hay algo en la situación que puede ser rescatado como positivo. Si la encuentras, pon también el foco en ello. Porque lo que buscamos todos es vivir más tranquilos. ¿O no?. Espero que este artículo haya reducido un poco tu miedo a hablar en público.

 

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Imagen: Nerea Plazaola